Debajo de las banderas, Puigdemont y Rajoy  han buscado ocultar la corrupción, los recortes,  el paro y la precarización del empleo que la mayoría sufrimos por igual en Cataluña y en el resto de España.

RECORTES CERO-GRUPO VERDE tiene que entrar en el Parlament
para decir alto y claro que los recortes  condicionan nuestra vida, nuestra libertad y nuestra democracia, para llevar al Parlament las demandas sobre nuestra calidad de vida que entre unos y otros han hecho desaparecer del debate político.

Y para ello, lo primero que hay que hacer es comprobar la cuenta, poner los números encima de la mesa, conocer las cuentas de Cataluña y ajustar nuestra cuenta personal.

Hay que sacar a luz pública qué ha pasado con nuestras condiciones de vida en estos años de Procés. Si no será imposible llevar adelante una alternativa capaz de resolverlos de verdad. 

• Uno de cada tres trabajadores (aproximadamente 1 millón) cobra menos de 1.000 euros al mes.
  El salario más frecuente (1.570 euros) apenas llega a los 1.000 euros netos.
• Según UGT, el 70% de los jubilados no llega a los 1.000 euros al mes.

Y la mitad de los pensionistas en Cataluña -unos 850.000- cobra menos de 700 euros.
Más de 200.000 catalanes con más de 65 años están en riesgo de pobreza y exclusión social.

• Según datos de la Generalitat entre 2009 y 2014 se perdieron 1.426 empresas medias y 11.506 pequeñas empresas con plantillas de entre 10 y 49 trabajadores.

• La Sanidad pública catalana ha recortado más de 3.300 profesionales de atención primaria.
• La esperanza de vida en los barrios más pobres de Barcelona es diez veces menor que la de quienes viven en los barrios más ricos.
  Siguen sin recuperarse las más de 2.700 camas perdidas.

En la Educación pública catalana los recortes por estudiante superan el 34,5%.
En la Educación no universitaria se han recortado 1.076 millones de euros y 3.000 profesores.
En la Educación universitaria se han perdido 1.300 profesores.

PERO LO QUE RESULTA ESCANDOLOSO es que mientras nosotros vivimos en estas condiciones, los privilegios de la clase política, los gastos innecesarios y superfluos devoran una parte importante de los presupuestos públicos.
Que se llevan los consorcios, las sociedades mercantiles como TV3, las fundaciones y actividades relacionadas con el independentismo, o los sueldazos públicos del Govern.

¡Y esto sin contar la corrupción del 3%!